Joven reflexiona sobre la libertad en el cristianismo y cómo las reflexiones cristianas cortas para predicar inspiran a desafiar el sistema sin miedo.

Los cristianos amenazan el sistema: El verdadero desafío al sistema empieza cuando nos atrevemos a vivir y predicar el Evangelio sin miedo

Samuel Diaz

¿Qué tienen en común un reel de 15 segundos, una jornada laboral de 12 horas y una iglesia que exige corbatas y faldas largas? Todos son mecanismos para uniformar, controlar y, en el peor de los casos, borrar lo que Dios nos entregó: nuestra identidad.

Vivimos en una sociedad que, a simple vista, ofrece libertad, pero que en realidad encadena a las personas a un sistema de trabajo interminable, consumo descontrolado y distracciones programadas que anestesian el alma. Las redes sociales nos atrapan en una espiral de contenido efímero, con reels de menos de 1 min diseñado para evitar que pensemos demasiado. Los medios de comunicación dirigen nuestra atención hacia los temas que les convienen y nos hacen creer que la única forma de vida posible es trabajar, consumir y repetir.

Todo esto configura una estructura donde el 99% de las personas viven atrapadas en un ciclo de 8 horas de trabajo, 4 de pantallas, 2 de transporte y apenas 8 de descanso, dejándolas sin espacio mental para la reflexión profunda. Esta distribución del tiempo no es accidental, sino una estrategia deliberada que beneficia a ese 1% privilegiado que, con el poder del dinero como su dios, perpetúa guerras, desigualdades y abusos mientras mantiene a la mayoría en un estado de distracción permanente. Y mientras este sistema avanza, la iglesia frecuentemente ha caído en la trampa de la comodidad, más preocupada por la apariencia externa que por la transformación interior que realmente desafiaría estas estructuras opresivas.

Pero, ¿qué sucede cuando alguien rompe este esquema?

Cuando alguien se atreve a vivir fuera de la norma, a desafiar el sistema con un mensaje que proclama la libertad en el cristianismo, el mundo reacciona con hostilidad. Esto es lo que sucedió con los primeros cristianos y sigue ocurriendo hoy en día. Hechos 4:23-31 nos muestra cómo los apóstoles, tras ser amenazados por predicar a Jesús, no retrocedieron. Al contrario, oraron para recibir más valentía y continuaron anunciando la verdad con poder.

La gran amenaza que el cristianismo representa para el mundo no es la religión organizada ni la tradición eclesiástica, sino el mensaje transformador de Cristo. Un mensaje que dice que no somos esclavos de este mundo, que nuestro valor no depende de nuestra productividad y que el poder del sistema no es absoluto. Colosenses 3:10-11 nos recuerda que en Cristo hemos sido hechos nuevos y que ya no hay distinción entre clases sociales, culturas o estatus. El mensaje del Evangelio rompe con la estructura piramidal de opresión y control.

Jesús nunca buscó ajustarse a las normas del sistema. No vino a fundar una institución religiosa, sino a transformar vidas. Los fariseos intentan uniformar la fe con reglas externas, pero Él desafió esas estructuras. Hoy ocurre lo mismo: se intenta encasillar la fe en un molde, dictando cómo debe vestirse, hablar o comportarse un cristiano, olvidando que Dios nos hizo únicos y que la verdadera transformación ocurre desde dentro.

El verdadero desafío del cristiano

No es simplemente ser "bueno" según los estándares religiosos, sino vivir en la libertad que Cristo nos dio y compartir ese mensaje sin miedo. Estas reflexiones cristianas cortas para predicar buscan animarte a ello. La iglesia es la luz del mundo, el faro en medio de la oscuridad, la resistencia frente a un sistema que quiere apagar nuestra esencia. Cuando entendemos esto, nos damos cuenta de que no estamos llamados a adaptarnos, sino a transformar. No a esconder la verdad, sino a proclamarla con valentía.

La pregunta es: ¿te atreves a vivir el Evangelio sin miedo?